CATÁLOGO | Narrativas hispánicas
La Quincena Soviética
VI Premio Herralde de Novela (1988).
Eran todos jóvenes y provincianos, y en todos estaba tan firme la convicción política como el deseo de entrega a los requerimientos del Partido. Habían aprendido de un instructor campestre la diferencia entre el valor de cambio y el valor de uso, pero su célula quedó desmantelada y fueron enviados a Madrid, en donde pronto averiguarían que en la ciudad las cosas no tienen nombre y que los peligros de la vida personal también acechan a los jóvenes comunistas.
Su divertida peripecia, llena de sorpresas y centrada en esa arriesgada, quimérica y fundamental Quincena Soviética que da título a la novela, discurre a través de varios ejes: la España de los últimos años 60 (reconocibles, pese a la ausencia expresa de fechas, por los sucesos históricos que jalonan el relato), Madrid y sus conflictos universitarios, y, sobre todo, los saltos de identidad del protagonista que, al margen de la lucha política, «sufre de sentimientos» y se verá enredado en una sucesión de lances eróticos y familiares de comicidad irresistible.
Luego, cuando este protagonista-narrador se aleja de aquel entorno en el que convivían recios dirigentes del Partido, escrupulosos intérpretes de Lukács y Freud, y una estrafalaria galería de «despojos del Fascio», la novela adquiere, en el largo y trepidante episodio valenciano del desenlace, resonancias metafóricas que trascienden la doble personificación de un héroe escindido entre el compromiso de una «servidumbre voluntaria» y las dulzuras de lo «personal».
El retrato de una época y de una generación, los fetichismos de la militancia, la crisis de las creencias dogmáticas, las fugas de una voz que oscila del yo al nosotros, se integran y enriquecen con una sutil reflexión sobre los simulacros de la ficción y la posibilidad revolucionaria de cambiar o reinventar la realidad recibida.
La sabiduría narrativa de Vicente Molina Foix, que sorprenderá a sus lectores por el sostenido y brillante recurso irónico de una prosa que encuentra en todo momento el equilibrio entre lo sublime y lo grotesco, hace de La Quincena Soviética un hito importantísimo en la trayectoria literaria de su autor y uno de los más significativos logros de la narrativa española contemporánea.
RESEÑAS DE PRENSA
VI Premio Herralde de Novela (1988).
Eran todos jóvenes y provincianos, y en todos estaba tan firme la convicción política como el deseo de entrega a los requerimientos del Partido. Habían aprendido de un instructor campestre la diferencia entre el valor de cambio y el valor de uso, pero su célula quedó desmantelada y fueron enviados a Madrid, en donde pronto averiguarían que en la ciudad las cosas no tienen nombre y que los peligros de la vida personal también acechan a los jóvenes comunistas.
Su divertida peripecia, llena de sorpresas y centrada en esa arriesgada, quimérica y fundamental Quincena Soviética que da título a la novela, discurre a través de varios ejes: la España de los últimos años 60 (reconocibles, pese a la ausencia expresa de fechas, por los sucesos históricos que jalonan el relato), Madrid y sus conflictos universitarios, y, sobre todo, los saltos de identidad del protagonista que, al margen de la lucha política, «sufre de sentimientos» y se verá enredado en una sucesión de lances eróticos y familiares de comicidad irresistible.
Luego, cuando este protagonista-narrador se aleja de aquel entorno en el que convivían recios dirigentes del Partido, escrupulosos intérpretes de Lukács y Freud, y una estrafalaria galería de «despojos del Fascio», la novela adquiere, en el largo y trepidante episodio valenciano del desenlace, resonancias metafóricas que trascienden la doble personificación de un héroe escindido entre el compromiso de una «servidumbre voluntaria» y las dulzuras de lo «personal».
El retrato de una época y de una generación, los fetichismos de la militancia, la crisis de las creencias dogmáticas, las fugas de una voz que oscila del yo al nosotros, se integran y enriquecen con una sutil reflexión sobre los simulacros de la ficción y la posibilidad revolucionaria de cambiar o reinventar la realidad recibida.
La sabiduría narrativa de Vicente Molina Foix, que sorprenderá a sus lectores por el sostenido y brillante recurso irónico de una prosa que encuentra en todo momento el equilibrio entre lo sublime y lo grotesco, hace de La Quincena Soviética un hito importantísimo en la trayectoria literaria de su autor y uno de los más significativos logros de la narrativa española contemporánea.