CATÁLOGO | Panorama de narrativas
Nada que temer
Julian Barnes creció en una familia cuyas experiencias religiosas podría decirse que eran, como mínimo, tenues. Su hermano filósofo, Jonathan Barnes, personaje relevante en este libro, después de ir a un par de servicios religiosos recuerda haberse sentido en ellos como un «niño antropólogo entre antropófagos». Y a la pregunta de cómo perdió la fe, responde que no la perdió nunca, porque nunca la tuvo. Julian Barnes tampoco cree en Dios, pero dice que le echa de menos. Y así comienza este libro que es, entre muchas cosas más, una irónica y divertida memoria familiar -con vívidos retratos de sus abuelos, sus padres, y su hermano filósofo, pero también de sus ancestros literarios, los escritores que le acompañan cada día-, una meditación sobre nuestra condición de mortales y el miedo a la muerte y, finalmente, una intensa, punzante celebración del arte y la literatura.
«Espléndidamente escrita, y también divertida... Nada que temer es un libro que está compuesto con una astucia notable, al modo proustiano... Julian Barnes tiene una inteligencia vivaz, y una voz muy particular, que da a sus oscuras meditaciones una cierta ligereza, e incluso alegría» (Frank Kermode, The New York Review of Books).
«Julian Barnes pertenece a esa familia de espíritus para quienes la verdad circula por los caminos secundarios. No se enfrenta a su miedo, sino que lo rodea, en una conversación distendida, llena de meandros y digresiones, con los escritores que ama, Montaigne, Stendhal, Evelyn Waugh, Somerset Maugham, los hermanos Goncourt. Y, claro está, Flaubert» (Mona Ozouf, Le Nouvel Observateur).
«¿Qué es este libro? Sin duda, una obra maestra. ¿Y qué no es? No es una novela, ni un ensayo en sentido estricto, ni tampoco una autobiografía. ¿Y qué es, entonces? Una fantasía, un paseo deslumbrante por los temas favoritos de Barnes: la literatura, la música, Francia, pero también Dios, la religión y la muerte. Admirablemente construido -sin que se note el esfuerzo-, maravillosamente escrito, y fabulosamente ilustrado por citas, a cual más sabrosa» (Bibliosurf.com).
RESEÑAS DE PRENSA
Julian Barnes creció en una familia cuyas experiencias religiosas podría decirse que eran, como mínimo, tenues. Su hermano filósofo, Jonathan Barnes, personaje relevante en este libro, después de ir a un par de servicios religiosos recuerda haberse sentido en ellos como un «niño antropólogo entre antropófagos». Y a la pregunta de cómo perdió la fe, responde que no la perdió nunca, porque nunca la tuvo. Julian Barnes tampoco cree en Dios, pero dice que le echa de menos. Y así comienza este libro que es, entre muchas cosas más, una irónica y divertida memoria familiar -con vívidos retratos de sus abuelos, sus padres, y su hermano filósofo, pero también de sus ancestros literarios, los escritores que le acompañan cada día-, una meditación sobre nuestra condición de mortales y el miedo a la muerte y, finalmente, una intensa, punzante celebración del arte y la literatura.
«Espléndidamente escrita, y también divertida... Nada que temer es un libro que está compuesto con una astucia notable, al modo proustiano... Julian Barnes tiene una inteligencia vivaz, y una voz muy particular, que da a sus oscuras meditaciones una cierta ligereza, e incluso alegría» (Frank Kermode, The New York Review of Books).
«Julian Barnes pertenece a esa familia de espíritus para quienes la verdad circula por los caminos secundarios. No se enfrenta a su miedo, sino que lo rodea, en una conversación distendida, llena de meandros y digresiones, con los escritores que ama, Montaigne, Stendhal, Evelyn Waugh, Somerset Maugham, los hermanos Goncourt. Y, claro está, Flaubert» (Mona Ozouf, Le Nouvel Observateur).
«¿Qué es este libro? Sin duda, una obra maestra. ¿Y qué no es? No es una novela, ni un ensayo en sentido estricto, ni tampoco una autobiografía. ¿Y qué es, entonces? Una fantasía, un paseo deslumbrante por los temas favoritos de Barnes: la literatura, la música, Francia, pero también Dios, la religión y la muerte. Admirablemente construido -sin que se note el esfuerzo-, maravillosamente escrito, y fabulosamente ilustrado por citas, a cual más sabrosa» (Bibliosurf.com).