CATÁLOGO | Panorama de narrativas
Pecados sin cuento
Uno de los más celebrados -e intrépidos- cronistas de la vida moderna explora, en esta espléndida colección de relatos, el gran tema de la intimidad, el amor y sus fracasos. Y sólo un narrador con la notable agilidad, penetración y sinceridad de Richard Ford podía recrear con tal perfección nuestros muy imperfectos esfuerzos para lograr lo que consideramos más importante en nuestras relaciones: ser fieles y sinceros, comprensivos y pacientes, honestos y apasionados y, finalmente, cariñosos con aquellos que nos importan o que, al menos -y a veces desesperadamente-, deseamos.
Como en todas las obras de Ford, los escenarios son muy diferentes, la estación de Grand Central, el campo de Connecticut, una estación de esquí de Michigan o Nueva Orleans. Pero en todos ellos, lo que le atrae son las relaciones que comienzan o que acaban, los límites del matrimonio. Una visita clandestina al Gran Cañón nos revela una inmensidad aún más profunda. Una exigente mujer totalmente dedicada a su profesión celebra la Navidad con su implacable familia posnuclear. Una pareja va a pasar el fin de semana a Maine para tratar de recuperar la pasión que ha desaparecido de su vida. Un muchacho se enfrenta a su padre durante una cacería y sufre una decepción que cambiará su existencia para siempre. Mientras se dirigen en coche a una cena, una joven le confiesa a su esposo el asunto que tuvo con el que será su anfitrión esa misma noche...
Relatos extraordinarios, que insinúan que en relaciones como éstas ponemos en juego todo lo que para nosotros es el bien y el mal. La rigurosa intensidad que Richard Ford imparte a estos dramas hace de Pecados sin cuento su libro más impresionante hasta la fecha, y confirma el juicio de The New York Times Book Review: «A nadie, en la literatura americana actual, podemos calificar con más propiedad de clásico.»
«La ejecución de Ford es perfecta; esta historia revela la influencia de los grandes, pudiendo ser comparada con lo mejor de Flannery O'Connor» (Publishers Weekly).
«Richard Ford hace un minucioso análisis de la vida privada, que lo sitúa entre los maestros del realismo: Pensad en los cuentos de Chéjov o en las mejores obras de F. Scott Fitzgerald» (Star Tribune).
«El pecado del que se habla en esta obra es, en casi todos los casos, el adulterio» (David Herd, Times Literary Supplement).
«Un maestro del cuento, heredero de Flannery O'Connor: sus parejas, casi siempre adúlteras, viven una ausencia de valores, el desencanto de una crisis sin tragedia» (Claudia Gorlier, La Stampa).
RESEÑAS DE PRENSA
Uno de los más celebrados -e intrépidos- cronistas de la vida moderna explora, en esta espléndida colección de relatos, el gran tema de la intimidad, el amor y sus fracasos. Y sólo un narrador con la notable agilidad, penetración y sinceridad de Richard Ford podía recrear con tal perfección nuestros muy imperfectos esfuerzos para lograr lo que consideramos más importante en nuestras relaciones: ser fieles y sinceros, comprensivos y pacientes, honestos y apasionados y, finalmente, cariñosos con aquellos que nos importan o que, al menos -y a veces desesperadamente-, deseamos.
Como en todas las obras de Ford, los escenarios son muy diferentes, la estación de Grand Central, el campo de Connecticut, una estación de esquí de Michigan o Nueva Orleans. Pero en todos ellos, lo que le atrae son las relaciones que comienzan o que acaban, los límites del matrimonio. Una visita clandestina al Gran Cañón nos revela una inmensidad aún más profunda. Una exigente mujer totalmente dedicada a su profesión celebra la Navidad con su implacable familia posnuclear. Una pareja va a pasar el fin de semana a Maine para tratar de recuperar la pasión que ha desaparecido de su vida. Un muchacho se enfrenta a su padre durante una cacería y sufre una decepción que cambiará su existencia para siempre. Mientras se dirigen en coche a una cena, una joven le confiesa a su esposo el asunto que tuvo con el que será su anfitrión esa misma noche...
Relatos extraordinarios, que insinúan que en relaciones como éstas ponemos en juego todo lo que para nosotros es el bien y el mal. La rigurosa intensidad que Richard Ford imparte a estos dramas hace de Pecados sin cuento su libro más impresionante hasta la fecha, y confirma el juicio de The New York Times Book Review: «A nadie, en la literatura americana actual, podemos calificar con más propiedad de clásico.»
«La ejecución de Ford es perfecta; esta historia revela la influencia de los grandes, pudiendo ser comparada con lo mejor de Flannery O'Connor» (Publishers Weekly).
«Richard Ford hace un minucioso análisis de la vida privada, que lo sitúa entre los maestros del realismo: Pensad en los cuentos de Chéjov o en las mejores obras de F. Scott Fitzgerald» (Star Tribune).
«El pecado del que se habla en esta obra es, en casi todos los casos, el adulterio» (David Herd, Times Literary Supplement).
«Un maestro del cuento, heredero de Flannery O'Connor: sus parejas, casi siempre adúlteras, viven una ausencia de valores, el desencanto de una crisis sin tragedia» (Claudia Gorlier, La Stampa).