CATÁLOGO | Narrativas hispánicas
Una enfermedad moral
Los relatos de Una enfermedad moral giran en torno a la posibilidad de la aventura entendida como experiencia interior, tal vez la única aventura que nos es dado vivir en estos tiempos. Pero nada tan intenso como ese trance en el que, por un instante, como en una epifanía, nos comprendemos a nosotros mismos.
En ocasiones, la historia terminará cuando alguien alcanza la belleza de ese hallazgo, pero en otras será justamente el hallazgo lo que desencadene la narración, pues hay cargas nada fáciles de soportar, destellos de verdad capaces de trastornar nuestras vidas.
Los personajes de estos relatos padecen todos, cada uno a su manera, una enfermedad moral, viven cierta extraña detención del tiempo, y en ese fecundo y doloroso instante se vuelven a sus semejantes para preguntarles: ¿es o no correcto que yo sea como soy?
Pero la estremecedora melancolía que desprenden las historias de Soledad Puértolas queda compensada sobradamente por la brillantez de su arte narrativo, magnético como pocos, transparente y preciso, y absolutamente moderno por su carácter elíptico y ambiguo.
RESEÑAS DE PRENSA
Los relatos de Una enfermedad moral giran en torno a la posibilidad de la aventura entendida como experiencia interior, tal vez la única aventura que nos es dado vivir en estos tiempos. Pero nada tan intenso como ese trance en el que, por un instante, como en una epifanía, nos comprendemos a nosotros mismos.
En ocasiones, la historia terminará cuando alguien alcanza la belleza de ese hallazgo, pero en otras será justamente el hallazgo lo que desencadene la narración, pues hay cargas nada fáciles de soportar, destellos de verdad capaces de trastornar nuestras vidas.
Los personajes de estos relatos padecen todos, cada uno a su manera, una enfermedad moral, viven cierta extraña detención del tiempo, y en ese fecundo y doloroso instante se vuelven a sus semejantes para preguntarles: ¿es o no correcto que yo sea como soy?
Pero la estremecedora melancolía que desprenden las historias de Soledad Puértolas queda compensada sobradamente por la brillantez de su arte narrativo, magnético como pocos, transparente y preciso, y absolutamente moderno por su carácter elíptico y ambiguo.