CATÁLOGO | Panorama de narrativas
Cosas que debes saber
En los últimos años, las novelas y los relatos de A. M. Homes han provocado la indignación de algunos críticos, y la encendida admiración de muchos otros. Su obra ha sido calificada de «perversa», de «transgresora», de «reveladora e inquietante». Y añadiríamos: «imprescindible» . En Cosas que debes saber, la autora vuelve a su territorio favorito, el microcosmos de los barrios residenciales, el descubrimiento de lo extraordinario en lo ordinario, de lo siniestro en lo familiar. Y su mirada afilada, exacta, pero también curiosamente compasiva, no deja escapar ningún matiz de lo grotesco, ninguna grieta del sueño americano.
Así, nos encontramos en La lección china con un marido que utiliza un GPS para encontrar a su suegra, una anciana china que lleva injertado un chip en el cuello para poder localizarla cuando se pierde. En Geórgica, una joven mujer que ha cancelado su boda espía los encuentros amorosos de los atléticos, guapos e inalcanzables socorristas que cada año llegan a trabajar a las playas, y recoge los preservativos que han usado; El remedio nos muestra a una iracunda treintañera, resuelta a expulsar de casa de sus padres al budista que ellos han acogido como si fuera un hijo adoptivo, y que les proporciona una nueva e inesperada felicidad. En Mantengan la calma, por favor, un hombre obsesionado por la idea de matarse tiene una esposa que considera sus amenazas e intentos de suicidio como chistes de escaso gusto, y Los niños prodigio es la recreación de un anfetamínico mundo juvenil de sexo, humillación y revelaciones, donde se confunden fantasías y realidad.
«Homes se sitúa aquí junto a los grandes maestros del absurdo. La extrañeza es la puerta trasera que nos permite entrever la condición humana de nuestra época» (Richard Eder, New York Times Book Review).
«Unos relatos extraordinarios, en los que encontramos todo aquello de lo que no nos atrevemos a hablar, incluso en una época tan directa y franca como la nuestra, esas cosas que sólo se piensan en noches de insomnio y culpabilidad» (Ruth Rendell).
«Un libro inquietante y conmovedor. Cada relato es un pequeño universo cerrado y perfecto, que nos permite espiar las angustias e infiernos más privados, las crisis más personales, y hace que nuestra necesidad de saber más sobre sus personajes se vuelva apremiante e insaciable» (Laurence Phelan, lndependent on Sunday).
«Homes, como Scott Fitzgerald, es una cuentista extraordinaria, cuyos relatos son desgarrones luminosos en el tejido social que describe con tanta inteligencia. Divertidos, deslumbrantes, espléndidos, leves como el aire, extraños como un sueño. Y monstruosos como la verdad: verdaderos clásicos» (Ali Smith, The Guardian).
«Primero admiramos su inteligencia, luego reímos a carcajadas, y al final nos rompe el corazón. Por eso está, y merecidamente, en la primerísima fila de los escritores contemporáneos» (G. Nicholson, The lndependent).
«Su prosa tiene dientes... no podemos quitarnos los relatos de Homes de la cabeza; no podemos librarnos de la inquietud, del desasosiego que llevan a nuestra mesa de noche» (Zadie Smith).
RESEÑAS DE PRENSA
En los últimos años, las novelas y los relatos de A. M. Homes han provocado la indignación de algunos críticos, y la encendida admiración de muchos otros. Su obra ha sido calificada de «perversa», de «transgresora», de «reveladora e inquietante». Y añadiríamos: «imprescindible» . En Cosas que debes saber, la autora vuelve a su territorio favorito, el microcosmos de los barrios residenciales, el descubrimiento de lo extraordinario en lo ordinario, de lo siniestro en lo familiar. Y su mirada afilada, exacta, pero también curiosamente compasiva, no deja escapar ningún matiz de lo grotesco, ninguna grieta del sueño americano.
Así, nos encontramos en La lección china con un marido que utiliza un GPS para encontrar a su suegra, una anciana china que lleva injertado un chip en el cuello para poder localizarla cuando se pierde. En Geórgica, una joven mujer que ha cancelado su boda espía los encuentros amorosos de los atléticos, guapos e inalcanzables socorristas que cada año llegan a trabajar a las playas, y recoge los preservativos que han usado; El remedio nos muestra a una iracunda treintañera, resuelta a expulsar de casa de sus padres al budista que ellos han acogido como si fuera un hijo adoptivo, y que les proporciona una nueva e inesperada felicidad. En Mantengan la calma, por favor, un hombre obsesionado por la idea de matarse tiene una esposa que considera sus amenazas e intentos de suicidio como chistes de escaso gusto, y Los niños prodigio es la recreación de un anfetamínico mundo juvenil de sexo, humillación y revelaciones, donde se confunden fantasías y realidad.
«Homes se sitúa aquí junto a los grandes maestros del absurdo. La extrañeza es la puerta trasera que nos permite entrever la condición humana de nuestra época» (Richard Eder, New York Times Book Review).
«Unos relatos extraordinarios, en los que encontramos todo aquello de lo que no nos atrevemos a hablar, incluso en una época tan directa y franca como la nuestra, esas cosas que sólo se piensan en noches de insomnio y culpabilidad» (Ruth Rendell).
«Un libro inquietante y conmovedor. Cada relato es un pequeño universo cerrado y perfecto, que nos permite espiar las angustias e infiernos más privados, las crisis más personales, y hace que nuestra necesidad de saber más sobre sus personajes se vuelva apremiante e insaciable» (Laurence Phelan, lndependent on Sunday).
«Homes, como Scott Fitzgerald, es una cuentista extraordinaria, cuyos relatos son desgarrones luminosos en el tejido social que describe con tanta inteligencia. Divertidos, deslumbrantes, espléndidos, leves como el aire, extraños como un sueño. Y monstruosos como la verdad: verdaderos clásicos» (Ali Smith, The Guardian).
«Primero admiramos su inteligencia, luego reímos a carcajadas, y al final nos rompe el corazón. Por eso está, y merecidamente, en la primerísima fila de los escritores contemporáneos» (G. Nicholson, The lndependent).
«Su prosa tiene dientes... no podemos quitarnos los relatos de Homes de la cabeza; no podemos librarnos de la inquietud, del desasosiego que llevan a nuestra mesa de noche» (Zadie Smith).