CATÁLOGO | Panorama de narrativas
Tierras de cristal
Quinnipak. Una imaginaria ciudad vagamente situada en la Europa decimonónica, que pudiera ser símbolo de los ideales y los límites de la burguesía, entre el progreso colectivo y las pasiones personales. En ella convive una galería de extraordinarios personajes con el infinito como único horizonte, empeñados en construir castillos en el aire que irán desmoronándose hasta dejar un poso de tristeza o de rabia: el señor Rail, fabricante de cristal, cuyo sueño es poseer un ferrocarril sólo para sentir el vértigo de la velocidad; su esposa, Jun, cuya belleza inspiró a Dios «la extravagante idea de pecado»; Pekisch, inventor de artilugios imposibles, en busca de una nota musical inexistente; su compañero de fatigas, Pehnt, un chiquillo que lleva encima su destino, en forma de chaqueta holgada; la viuda Abegg, quien, ante la imposibilidad de vivir el futuro deseado, recuerda un pasado ficticio; H. Horeau, arquitecto, cuyo proyecto de un edificio construido sólo de cristal descubrirá el carácter inflamable de éste; Mormy, el niño bastardo capaz de detener el tiempo en su mirada...
Tierras de cristal es una novela construida con singular maestría, como un puzzle o una fuga de personajes, historias y digresiones que confluyen de forma independiente hacia un sorprendente epílogo en el que descubriremos una amarga verdad. Sin embargo, a pesar de la derrota a la que están abocadas todas estas vidas fuera de lo común, sus sueños extravagantes y sus pasiones enfermizas constituyen una épica menor, la única forma de plenitud que nos está permitida. Casi al modo cervantino, entre el humor y la melancolía, para Alessandro Baricco la locura y el exceso parecen ser formas de vida que nos redimen de las mediocres imposiciones de la realidad, aunque el precio a pagar llegue a ser elevado.
«Una historia emocionante, capaz de hacer revivir un sincero entusiasmo tanto por el experimentalismo lingüístico como por la literatura placentera, pasional, verdadera, necesaria» (Paolo Mattei, Il Mattino).
«La novela de Baricco se lee de un tirón; fascina, apasiona, aturde. Un libro que, una vez leído, no es fácil de olvidar... Una escritura madura, consciente, perfecta. Desde luego no es una escritura de debutante» (Marina delli Colli).
«El estilo de Baricco tiene la fluidez narrativa y el ritmo envolvente del kolossal cinematográfico, aunque sincopado en sugerencias lingüísticas que recuerdan los experimentos de las vanguardias, comprendidos incluso los de Perec, cuyo gusto por la enumeración de detalles admira el joven autor» (Oscar larussia, Gazetta del Mezzo-Giorno).
«Evoca con fervor visionario y plasticidad de escritura la época áurea de la burguesía europea, pero sin escrúpulos documentales ni referencias a hechos históricos decisivos» (Vittorio Spinazzola, L'Unità).
«Aunque la novela no es avara en imaginación lingüística, lo que impresiona es la incontenible capacidad fabulatoria del autor» (F. La Porta, Il Manifesto).
«Encontramos en este libro algo del enciclopedismo extravagante de Alberto Savinio, de los juegos de lenguaje de Gadda, un don de lo imaginario similar al de ltalo Calvino. En resumen, Baricco no es un escritor convencional... Si os aburren las novelas de la rentrée, no lo dudéis: leed a Alessandro Baricco» (Claude Michel Cluny, Le Figaro Littéraire).
RESEÑAS DE PRENSA
Quinnipak. Una imaginaria ciudad vagamente situada en la Europa decimonónica, que pudiera ser símbolo de los ideales y los límites de la burguesía, entre el progreso colectivo y las pasiones personales. En ella convive una galería de extraordinarios personajes con el infinito como único horizonte, empeñados en construir castillos en el aire que irán desmoronándose hasta dejar un poso de tristeza o de rabia: el señor Rail, fabricante de cristal, cuyo sueño es poseer un ferrocarril sólo para sentir el vértigo de la velocidad; su esposa, Jun, cuya belleza inspiró a Dios «la extravagante idea de pecado»; Pekisch, inventor de artilugios imposibles, en busca de una nota musical inexistente; su compañero de fatigas, Pehnt, un chiquillo que lleva encima su destino, en forma de chaqueta holgada; la viuda Abegg, quien, ante la imposibilidad de vivir el futuro deseado, recuerda un pasado ficticio; H. Horeau, arquitecto, cuyo proyecto de un edificio construido sólo de cristal descubrirá el carácter inflamable de éste; Mormy, el niño bastardo capaz de detener el tiempo en su mirada...
Tierras de cristal es una novela construida con singular maestría, como un puzzle o una fuga de personajes, historias y digresiones que confluyen de forma independiente hacia un sorprendente epílogo en el que descubriremos una amarga verdad. Sin embargo, a pesar de la derrota a la que están abocadas todas estas vidas fuera de lo común, sus sueños extravagantes y sus pasiones enfermizas constituyen una épica menor, la única forma de plenitud que nos está permitida. Casi al modo cervantino, entre el humor y la melancolía, para Alessandro Baricco la locura y el exceso parecen ser formas de vida que nos redimen de las mediocres imposiciones de la realidad, aunque el precio a pagar llegue a ser elevado.
«Una historia emocionante, capaz de hacer revivir un sincero entusiasmo tanto por el experimentalismo lingüístico como por la literatura placentera, pasional, verdadera, necesaria» (Paolo Mattei, Il Mattino).
«La novela de Baricco se lee de un tirón; fascina, apasiona, aturde. Un libro que, una vez leído, no es fácil de olvidar... Una escritura madura, consciente, perfecta. Desde luego no es una escritura de debutante» (Marina delli Colli).
«El estilo de Baricco tiene la fluidez narrativa y el ritmo envolvente del kolossal cinematográfico, aunque sincopado en sugerencias lingüísticas que recuerdan los experimentos de las vanguardias, comprendidos incluso los de Perec, cuyo gusto por la enumeración de detalles admira el joven autor» (Oscar larussia, Gazetta del Mezzo-Giorno).
«Evoca con fervor visionario y plasticidad de escritura la época áurea de la burguesía europea, pero sin escrúpulos documentales ni referencias a hechos históricos decisivos» (Vittorio Spinazzola, L'Unità).
«Aunque la novela no es avara en imaginación lingüística, lo que impresiona es la incontenible capacidad fabulatoria del autor» (F. La Porta, Il Manifesto).
«Encontramos en este libro algo del enciclopedismo extravagante de Alberto Savinio, de los juegos de lenguaje de Gadda, un don de lo imaginario similar al de ltalo Calvino. En resumen, Baricco no es un escritor convencional... Si os aburren las novelas de la rentrée, no lo dudéis: leed a Alessandro Baricco» (Claude Michel Cluny, Le Figaro Littéraire).