CATÁLOGO | Panorama de narrativas
Una forma de vida
Todo empieza cuando una novelista llamada Amélie Nothomb recibe una carta de uno de sus lectores. Se trata de un soldado norteamericano, Melvin Mapple, que le escribe desde el frente. En lrak, Mapple contrae una enfermedad, común entre los soldados. Y es la existencia de este padecimiento lo que deja al lector en estado de shock, lo hechiza y lo sume en un relato alucinante en el que, como en otras novelas de Nothomb, el protagonista absoluto es el cuerpo. Un cuerpo distinto, repudiado, que, para sobrevivir, alumbrará una nueva identidad, Scherezade, con la que el yo desdoblado de Mapple iniciará una suerte de idilio. Una vez más la prosa afilada y transgresora de la escritora belga mantiene al lector en vilo hasta el final, pues muy pronto el soldado norteamericano se revela como un maestro en construir ficciones que supera en su arte al de la misma Nothomb, destinataria de sus misivas.
«Incisiva, chocante, sorprendente» (Olivia de Lamberterie, Elle).
«En la novela, Nothomb se plantea: "Desde que empezaste a escribir, ¿cuál ha sido tu búsqueda? ¿Qué codicias con un ardor sin parangón desde hace tanto tiempo? ¿Para ti, escribir qué significa? Lo sabes: si escribes cada día de tu vida como si estuvieras poseída, es porque necesitas una salida de emergencia. Para ti, ser escritora significa buscar desesperadamente la puerta de salida." Y esta puerta de salida es para miles de lectores una ventana abierta» (Mohammed Aissaoui, Le Figaro).
«Nothomb esboza un psicoanálisis salvaje y desopilante de las relaciones entre el escritor famoso y sus tiránicos lectores. El canibalismo epistolar no tiene secretos para ella, que sabe leer las demandas abusivas y desbaratar las invasiones demasiado egocéntricas: "La gente percibe que soy el abono ideal para sus plantaciones secretas"» (Claire Dévarrieux, Libération).
«Una novela excelente. La mejor de esta autora, descubierta en 1992 con Higiene del asesino. La novela reúne todos los "ingredientes Nothomb": la reflexión sobre el cuerpo, pero también sobre la escritura, la estafa, la impostura, el sentido de la vida» (François Brusnel, L'Express).
RESEÑAS DE PRENSA
Todo empieza cuando una novelista llamada Amélie Nothomb recibe una carta de uno de sus lectores. Se trata de un soldado norteamericano, Melvin Mapple, que le escribe desde el frente. En lrak, Mapple contrae una enfermedad, común entre los soldados. Y es la existencia de este padecimiento lo que deja al lector en estado de shock, lo hechiza y lo sume en un relato alucinante en el que, como en otras novelas de Nothomb, el protagonista absoluto es el cuerpo. Un cuerpo distinto, repudiado, que, para sobrevivir, alumbrará una nueva identidad, Scherezade, con la que el yo desdoblado de Mapple iniciará una suerte de idilio. Una vez más la prosa afilada y transgresora de la escritora belga mantiene al lector en vilo hasta el final, pues muy pronto el soldado norteamericano se revela como un maestro en construir ficciones que supera en su arte al de la misma Nothomb, destinataria de sus misivas.
«Incisiva, chocante, sorprendente» (Olivia de Lamberterie, Elle).
«En la novela, Nothomb se plantea: "Desde que empezaste a escribir, ¿cuál ha sido tu búsqueda? ¿Qué codicias con un ardor sin parangón desde hace tanto tiempo? ¿Para ti, escribir qué significa? Lo sabes: si escribes cada día de tu vida como si estuvieras poseída, es porque necesitas una salida de emergencia. Para ti, ser escritora significa buscar desesperadamente la puerta de salida." Y esta puerta de salida es para miles de lectores una ventana abierta» (Mohammed Aissaoui, Le Figaro).
«Nothomb esboza un psicoanálisis salvaje y desopilante de las relaciones entre el escritor famoso y sus tiránicos lectores. El canibalismo epistolar no tiene secretos para ella, que sabe leer las demandas abusivas y desbaratar las invasiones demasiado egocéntricas: "La gente percibe que soy el abono ideal para sus plantaciones secretas"» (Claire Dévarrieux, Libération).
«Una novela excelente. La mejor de esta autora, descubierta en 1992 con Higiene del asesino. La novela reúne todos los "ingredientes Nothomb": la reflexión sobre el cuerpo, pero también sobre la escritura, la estafa, la impostura, el sentido de la vida» (François Brusnel, L'Express).