CATÁLOGO | Panorama de narrativas
Habla, memoria
Vladimir Nabokov no podía escribir una autobiografía corriente, y Habla, memoria lo demuestra. A través de una serie de relatos largos, Nabokov, con el pretexto de contar su vida, construye un libro tan ameno, original, divertido y estilizado como sus novelas.
Nabokov rememora aquí sus meditaciones infantiles en el retrete, sus vacaciones en la finca campestre de la familia, sus amoríos adolescentes con Tamara en los museos de San Petersburgo; narra las peripecias de su huida de las huestes de Lenin y de su exilio europeo; escribe un homenaje a la honestidad política de su padre y a la belleza y ternura de su madre; pero lo que menos importa son los temas, porque de lo que se trata al fin y al cabo es de celebrar un festín de ingenio e inteligencia, de mordacidad despiadada y de nostalgia desgarradora, y en el que Nabokov es fiel a los consejos que daba a sus estudiantes de literatura: «¡Acariciad los detalles! ¡Los divinos detalles!»
Esta edición definitiva de Habla, memoria, corregida y aumentada por el autor, resulta, pues, una excelente introducción a Nabokov, una antología, un conjunto de pistas y claves que permitirán hacer una lectura más intensa y profunda de sus novelas. Y es, también, un elogio de sus grandes pasiones: la literatura, las mariposas, el ajedrez y, ¡oh sorpresa!, la familia.
«Escribe en prosa de la única manera que debería escribirse: es decir, en estado de éxtasis... El mejor escritor norteamericano de su época. Un incomparable destilador de lo inefable» (John Updike).
«Exéntrico, huraño, nostálgico, deliberadamente fuera de su tiempo, como aspira a serlo y como frecuentemente es, Nabokov sigue siendo, en virtud de su extraterritorialidad, un hombre profundamente de su tiempo y uno de sus más destacados portavoces» (George Steiner).
«Un maestro de la prosa inglesa, el fenómeno más extraordinario de ese tipo desde Conrad. Hay en Nabokov algo similar a Proust, algo similar a Kafka y, probablemente, algo similar a Gogol. No obstante, Nabokov es tan original como cualquiera de estos grandes escritores» (Edmund Wilson).
«La mayor gloria literaria norteamericana» (Anthony Burgess).
RESEÑAS DE PRENSA
Vladimir Nabokov no podía escribir una autobiografía corriente, y Habla, memoria lo demuestra. A través de una serie de relatos largos, Nabokov, con el pretexto de contar su vida, construye un libro tan ameno, original, divertido y estilizado como sus novelas.
Nabokov rememora aquí sus meditaciones infantiles en el retrete, sus vacaciones en la finca campestre de la familia, sus amoríos adolescentes con Tamara en los museos de San Petersburgo; narra las peripecias de su huida de las huestes de Lenin y de su exilio europeo; escribe un homenaje a la honestidad política de su padre y a la belleza y ternura de su madre; pero lo que menos importa son los temas, porque de lo que se trata al fin y al cabo es de celebrar un festín de ingenio e inteligencia, de mordacidad despiadada y de nostalgia desgarradora, y en el que Nabokov es fiel a los consejos que daba a sus estudiantes de literatura: «¡Acariciad los detalles! ¡Los divinos detalles!»
Esta edición definitiva de Habla, memoria, corregida y aumentada por el autor, resulta, pues, una excelente introducción a Nabokov, una antología, un conjunto de pistas y claves que permitirán hacer una lectura más intensa y profunda de sus novelas. Y es, también, un elogio de sus grandes pasiones: la literatura, las mariposas, el ajedrez y, ¡oh sorpresa!, la familia.
«Escribe en prosa de la única manera que debería escribirse: es decir, en estado de éxtasis... El mejor escritor norteamericano de su época. Un incomparable destilador de lo inefable» (John Updike).
«Exéntrico, huraño, nostálgico, deliberadamente fuera de su tiempo, como aspira a serlo y como frecuentemente es, Nabokov sigue siendo, en virtud de su extraterritorialidad, un hombre profundamente de su tiempo y uno de sus más destacados portavoces» (George Steiner).
«Un maestro de la prosa inglesa, el fenómeno más extraordinario de ese tipo desde Conrad. Hay en Nabokov algo similar a Proust, algo similar a Kafka y, probablemente, algo similar a Gogol. No obstante, Nabokov es tan original como cualquiera de estos grandes escritores» (Edmund Wilson).
«La mayor gloria literaria norteamericana» (Anthony Burgess).